julio 06, 2018

La teoría psicosocial de Erikson


Erikson propone una teoría de la competencia. Cada una de las etapas vitales da pie al desarrollo de una serie de competencias.
Si en cada una de las nuevas etapas de la vida la persona ha logrado la competencia correspondiente a ese momento vital, esa persona experimentará una sensación de dominio que Erikson conceptualiza como fuerza del ego. Haber adquirido la competencia ayuda a resolver las metas que se presentarán durante la siguiente etapa vital.
Otro de los rasgos fundamentales de la teoría de Erikson es que cada una de las etapas se ven determinadas por un conflicto que permite el desarrollo individual. Cuando la persona logra resolver cada uno de los conflictos, crece psicológicamente.
En la resolución de estos conflictos la persona halla un gran potencial para el crecimiento, pero por otra parte también podemos encontrar un gran potencial para el fracaso si no se logra superar el conflicto propio de esa etapa vital.
Confianza vs Desconfianza

Autonomía vs Vergüenza y duda


Iniciativa vs Culpa


Laboriosidad vs Inferioridad


Este estadio transcurre desde el nacimiento hasta los dieciocho meses de vida, y depende de la relación o vínculo que se haya creado con la madre.
La relación con la madre determinará los futuros vínculos que se establecerán con las personas a lo largo de su vida. Es la sensación de confianza, vulnerabilidad, frustración, satisfacción, seguridad… la que puede determinar la calidad de las relaciones.

Este estadio empieza desde los 18 meses hasta los 3 años de vida del niño.
Durante este estadio el niño emprende su desarrollo cognitivo y muscular, cuando comienza a controlar y ejercitar los músculos que se relacionan con las excreciones corporales. Este proceso de aprendizaje puede conducir a momentos de dudas y de vergüenza. Asimismo, los logros en esta etapa desencadenan sensación de autonomía y de sentirse como un cuerpo independiente.

Este estadio viaja desde los 3 hasta los 5 años de edad.
El niño empieza a desarrollarse muy rápido, tanto física como intelectualmente. Crece su interés por relacionarse con otros niños, poniendo a prueba sus habilidades y capacidades. Los niños sienten curiosidad y es positivo motivarles para desarrollarse creativamente.
En caso de que los padres reaccionen de negativamente a las preguntas de los niños o a la iniciativa de éstos, es probable que les genere sensación de culpabilidad.

Este estadio se produce entre los 6-12 años .
Los niños muestran un interés genuino por el funcionamiento de las cosas e intentan llevar a cabo muchas actividades por sí mismos, con su propio esfuerzo y poniendo en uso sus conocimientos y habilidades. Por eso es tan importante la estimulación positiva que pueda ofrecerle la escuela, en casa o amigos. Éste último comienza a adquirir una relevancia trascendental para ellos.
En el caso de que esto no sea bien acogido o sus fracasos motiven las comparaciones con otros, el niño puede desarrollar cierta sensación de inferioridad que le hará sentirse inseguro frente a los demás.




Exploración de la Identidad vs Difusión de Identidad


Intimidad frente al Aislamiento


Generatividad frente al Estancamiento


Integridad del yo frente a la Desesperación


Este estadio tiene lugar durante la adolescencia. En esta etapa, una pregunta se formula de forma insistente: ¿quién soy?
Los adolescentes empiezan a mostrarse más independientes y a tomar distancia de los padres. Prefieren pasar más tiempo con sus amigos y comienzan a pensar en el futuro y a decidir qué quieren estudiar, en qué trabajar, dónde vivir, etc.
La exploración de sus propias posibilidades se produce en esta etapa. Comienzan a apuntalar su propia identidad basándose en el las experiencias vividas. Esta búsqueda va a causar que en múltiples ocasiones se sientan confusos acerca de su propia identidad.

Este estadio comprende desde los 20 años hasta los 40, aproximadamente.
La forma de relacionarse con otras personas se modifica, el individuo empieza a priorizar relaciones más íntimas que ofrezcan y requieran de un compromiso recíproco, una intimidad que genere una sensación de seguridad, de compañía, de confianza.
Si se evade este tipo de intimidad, uno puede estar rozando la soledad o el aislamiento, situación que puede acabar en depresión.

Este es de los 40 hasta los 60 años.
Lapso de la vida en el que la persona dedica su tiempo a su familia.Se prioriza la búsqueda de equilibrio entre la productividad y el estancamiento; una productividad que está vinculada al futuro, al porvenir de los suyos y de las próximas generaciones, es la búsqueda de sentirse necesitado por los demás, ser y sentirse útil. Es esa pregunta que se hace el individuo: ¿qué es lo que hago aquí si no sirve para nada?; se siente estancado y no logra canalizar su esfuerzo para poder ofrecer algo a los suyos.
Este estadio se produce desde los 60 años hasta la muerte.
Es un momento en el que el individuo deja de ser productivo, o al menos no produce tanto como era capaz anteriormente. Una etapa en la que la vida y la forma de vivir se ven alteradas totalmente, los amigos y familiares fallecen, uno tiene que afrontar los duelos que causa la vejez, tanto en el propio cuerpo como en el de los demás.

Etapas Psicosexuales de Freud



Para Freud, la sexualidad humana es una de las principales vertientes de la energía vital que mueve el comportamiento del ser humano. Esta energía, a la que se le puso el nombre de libido, es la fuente de los impulsos que para el padre del psicoanálisis hacen que tendamos hacia ciertos objetivos a corto plazo y, a la vez, obligan a otras instancias de nuestra psique a reprimir estas tendencias para no ponernos en peligro o no entrar en conflicto con el entorno en el que vivimos.
La energía vital que se expresa a través de la sexualidad, según Freud, está presente ya desde las primeras semanas de nuestra vida, lo cual significa que nuestra vertiente sexual no nace en la adolescencia, tal y como muchos investigadores de su época sostenían.
Pero las repercusiones de esto no tienen que ver simplemente con localizar el inicio de nuestro desarrollo sexual en uno u otro punto de nuestro calendario vital. Tiene implicaciones profundas en el modo en el que Freud relacionaba nuestra personalidad con nuestra vertiente íntima, afectiva y basada en impulsos.


Etapa Oral: 

La etapa oral ocupa aproximadamente los primeros 18 meses de vida, y en ella aparecen los primeros intentos por satisfacer las demandas promovidas por la libido. En ella, la boca es la principal zona en la que se busca el placer. También es la boca una de las principales zonas del cuerpo a la hora de explorar el entorno y sus elementos, y esto explicaría la propensión de los más pequeños a intentar "morderlo" todo. Si se impide tajantemente que los bebés utilicen su boca para satisfacerse, esto podría producir un bloqueo que haría que ciertos problemas quedasen fijados en el inconsciente (siempre según Freud)


Etapa Anal: 

Esta etapa se produciría desde el fin de la etapa oral y hasta los 3 años de edad. Se trapa de la fase en la que se empiezan a controlar el esfínter en la defecación. Para Freud, esta actividad está vinculada al placer y la sexualidad. Las fijaciones relacionadas con esta fase del desarrollo psicosexual tienen que ver con la acumulación y con el gasto, vinculadas con el espíritu ahorrador y la disciplina en el primer caso, y con la desorganización y el derroche de recursos en el segundo.

Etapa Falica: 

Esta fase pulsional duraría entre los 3 y los 6 años, y su zona erógena asociada es la de los genitales. La principal sensación placentera sería la de orinar, pero también se originaría en esta fase el inicio de la curiosidad por las diferencias entre hombres y mujeres, niños y niñas, empezando por las evidentes disimilitudes en la forma de los genitales y terminando en intereses, modos de ser y de vestir, etc. Freud relacionó esta fase con la aparición del "complejo de Edipo", en el que los niños varones sienten atracción hacia la persona que ejerce el rol de madre y sienten celos y miedo hacia la persona que ejerce el rol de padre. En cuanto a las niñas que pasan por esta etapa del desarrollo psicosexual Freud "adaptó ligeramente la idea con Complejo de Edipo para que englobas a estas, a pesar de que el concepto había sido desarrollado para que cobrase sentido principalmente en los varones. Fue más tarde cuando Carl Jung propuso el complejo de Electra, como contraparte femenina al Edipo.

Etapa de Latencia:

Esta fase empieza hacia los 7 años y se extiende hasta el inicio de la pubertad. La etapa de latencia se caracteriza por no tener una zona erógena concreta asociada y, en general, por representar una congelación de las experimentaciones en materia de sexualidad por parte de los niños, en parte a causa de todos los castigos y amonestaciones recibidas. Es por eso que Freud describía esta fase como una en la que la sexualidad queda más camuflada que en las anteriores. La etapa de latencia ha estado asociada a la aparición del pudor y la vergüenza relacionada con la sexualidad.

Etapa Genital: 

La etapa genital aparece con la pubertad y se prolonga en adelante. Está relacionada con los cambios físicos que acompañan a la adolescencia. Además, en esta fase del desarrollo psicosexual el deseo relacionado con lo sexual se vuelve tan intenso que no se puede reprimir con la misma eficacia que en etapas anteriores. La zona erógena relacionada con este momento vital vuelve a ser la de los genitales, pero a diferencia de lo que ocurre en la fase fálica, aquí ya se han desarrollado las competencias necesarias para expresar la sexualidad a través de vínculos de unión de carácter más abstracto y simbólico que tienen que ver con el consenso y el apego con otras personas. Es el nacimiento de la sexualidad adulta, en contraposición a otra ligada solo a las simples gratificaciones instantáneas y obtenidas mediante actividades estereotípicas.

junio 18, 2018

RESUMEN DE CONCEPTOS















Principales tipos de memoria

Principales tipos de memoria. 

Los inicios de los modelos Amnésicos tal y como los conocemos actualmente se lo debemos a William James (1890), quien hizo la primera distinción entre memoria primaria y memoria secundaria, que hoy día se conocen desde la Psicología Cognitiva como memoria a corto plazo y memoria a largo plazo respectivamente. 

Posteriormente, Atkinson y Shiffrin (1968) introdujeron el concepto de memoria sensorial. 

1. Memoria sensorial.

En la memoria sensorial, la información permanece el tiempo necesario para que sea atendida selectivamente e identificada para poder procesarla posteriormente. Los datos que esta memoria almacena y registra tiene una duración de muy poco tiempo (oscila entre 200 y 300 mseg), y los datos pueden ser de tipo visual (icónica), auditiva (ecoica), olfatoria….. 

Este tipo de memoria ha sido muy discutida por distintos autores, dado que no hay claras evidencias (sí pruebas, pero contradictorias) de su “existencia” como entidad independiente. De hecho, en el clásico libro de Eichenbaum (2003) sobre la memoria, no se hace referencia alguna a la memoria sensorial. 

2. Memoria a corto plazo 


Una vez que se ha seleccionado y atendido una información en la memoria sensorial, pasa a un almacén de memoria que se conoce con distintas nomenclaturas: memoria a corto plazo, memoria operativa, memoria inmediata, memoria activa o memoria primaria. 

Baddeley y Hitch (1974) ampliaron el concepto de memoria primaria o memoria a corto plazo, introduciendo el concepto de la memoria operativa o memoria de trabajo (working memory). Con esta nueva terminología, se hace referencia a un sistema que realiza dos funciones. Por un lado, es capaz de mantener una información en la mente no estando dicha información presente. Por otro lado, puede manipular esa información permitiendo intervenir en otros procesos cognitivos superiores. Este concepto aún no tiene toda la claridad que precisa un concepto en Neuropsicología. 

El modelo de Baddeley y Hitch ha sufrido una reformulación (Baddeley, 2000), y se ha fragmentado la memoria de trabajo en cuatro subcomponentes diferenciados: 

• Bucle fonológico: “hace referencia a un proceso de control basado en el repaso articulatorio. Este subcomponente actúa, por tanto, como en un sistema de almacenamiento provisional que le permite utilizar el sistema subvocal hasta que su cerebro procese esa información. Es relevante para el almacenamiento transitorio del material verbal y para mantener el habla interna que está implicada en la memoria a corto plazo” ( Tirapu y Muñoz-Céspedes, 2005). El bucle fonológico intervendría en la lectura o en el aprendizaje de un número de teléfono. 

• Agenda visuoespacial: “opera de forma similar al bucle fonológico, sólo que su contenido se centra en mantener y manipular imágenes visuales” (Tirapu y Muñoz-Céspedes, 2005). La agenda visuoespacial intervendría en la creación de imágenes, o en el aprendizaje de un itinerario. 

• Buffer episódico: “la información fonológica y visual se combina de algún modo, e integra además la información que proviene de la memoria a largo plazo. Se trata en definitiva, de un sistema de donde se almacena simultáneamente información de los dos primeros componentes y de la memoria a largo plazo, de modo que se crea una representación multimodal y temporal de la situación actual” (Tirapu y Muñoz-Céspedes, 2005). 

• Sistema ejecutivo: (análogo al modelo del Sistema Atencional Supervisor -SAS- de Shallice y Norman) “es un sistema por medio del cual se llevan a cabo tareas cognitivas en las que interviene la memoria de trabajo, y que realiza operaciones de control y selección de estrategias” (Tirapu y Muñoz-Céspedes, 2005). 

La memoria a corto plazo no puede reducirse a un sistema de almacenamiento pasivo a corto plazo, sirve de memoria de trabajo y funciona como un sistema de capacidad limitada (7+-2 elementos según algunos autores), capaz de almacenar pero también de manipular las informaciones, permitiendo el cumplimiento de tareas cognitivas como el razonamiento, la comprensión y la resolución de problemas, gracias al mantenimiento y a la disponibilidad temporal de las informaciones (Roger Gil, 1999). 

3. Memoria a largo plazo 


La memoria a largo plazo (memoria diferida), permite que la información de almacene de forma duradera. Podemos dividir esta memoria en memoria explícita y memoria implícita. 

3.1. Memoria implícita 


La memoria implícita o procedimental es un tipo de memoria que almacena de manera inconsciente. Aparece normalmente en el entrenamiento de capacidades reflejas motoras o perceptivas (Kandel, 2001). 

Diferentes formas de memoria implícita se adquieren a través de diferentes maneras de aprender e involucran a regiones cerebrales distintas. La memoria adquirida a través del condicionamiento de temor, que tiene un componente emocional, se cree que implica al núcleo amigdalino. La memoria por condicionamiento operante requiere el estriado y el cerebelo. La memoria adquirida a través del condicionamiento clásico, sensibilización y habituación implica órdenes de los sistemas sensoriales y motores implicados en el aprendizaje (Kandel, 2001). 

3.2. Memoria explícita 


La memoria explícita o declarativa incluye el conocimiento objetivo de las personas, los lugares y las cosas y lo que ello significa. Esto se recuerda de manera consciente y deliberada. Es muy flexible y afecta a la asociación de múltiples fragmentos y trozos de información (Kandel, 2001). 

Su adquisición se relaciona con el sistema hipocampal y otras estructuras del lóbulo temporal medial del cerebro. El hipocampo es sólo una estación transitoria en el camino hacia la memoria a largo plazo. El almacenamiento a largo plazo del conocimiento episódico y semántico radica en diferentes áreas de la corteza cerebral (Morgado, 2005). 

Por tanto, las áreas de asociación son los últimos depósitos de la memoria explícita, por lo que el daño de la corteza de asociación destruiría o alteraría el recuerdo de conocimiento explícito que se adquirió antes de la lesión (Kandel, 2001). 

Tulving fue el primero en clasificar la memoria explícita en episódica y semántica. 

3.2.1 Memoria episódica 


La memoria episódica permite al ser humano almacenar y recordar acontecimientos acaecidos durante nuestra vida, ya sea de nuestra historia personal, familiar o del ámbito social. Esta memoria episódica está sujeta a una referencia temporoespacial (p. ej., qué cenaste ayer). Cuando se dice que está sujeta a una referencia temporoespacial, se refiere a que ese recuerdo está sujeto a un tiempo (ayer) y a un espacio (en casa). 

Las áreas de la neocorteza que aparecen estar especializadas en el almacenamiento a largo plazo del conocimiento episódico son las zonas de asociación de los lóbulos frontales. Estas áreas prefrontales trabajan con otras zonas de la neocorteza para posibilitar el recuerdo de dónde y cuándo sucedió un acontecimiento (Kandel, 2001). 



3.2.2. Memoria semántica 


La memoria semántica hace referencia a los conocimientos, “el saber”, “la cultura” de una persona, información que adquirimos a través de los libros y la enseñanza desde el colegio. No está sujeta a una referencia espaciotemporal, (¿Cuál es la capital de Francia?), no recordamos en que lugar y que día adquirimos esa información. 

Los estudios de los pacientes con daño en la corteza de asociación han mostrado que diferentes representaciones de un objeto se almacenan de forma separada. El conocimiento semántico no se almacena en una región única. Más bien, cada vez que el conocimiento sobre algo es recordado, el recuerdo se construye a partir de fragmentos diferentes de información, cada uno de los cuales se almacena en almacenes de memoria especializados. Como resultado, el daño a un área específica cortical puede provocar a la pérdida de información específica y, por tanto, fragmentación del conocimiento (Kandel, 2001).