junio 03, 2020

Trastorno del Espectro Autista o Trastorno Generalizado del Desarrollo (PARTE 2)

Beneficios del Apoyo y Terapias Psicopedagógicas en niños y niñas en condición del Espectro Autista 


Objetivos generales: 


Potenciar al máximo la autonomía e independencia personal. 

Desarrollar el autocontrol de la propia conducta y su adecuación al entorno. 

Mejorar las habilidades sociales, fomentando su capacidad de desenvolvimiento en el entorno y de comprensión y seguimiento de las normas, claves y convencionalismos sociales y emocionales. 

Desarrollar estrategias de comunicación funcionales, espontáneas y generalizadas. 

Fomentar la intención comunicativa y la reciprocidad en la comunicación. 

Desarrollar procesos cognitivos básicos como el pensamiento abstracto, la atención y la memoria. 

¿Qué enseñar?: En el estudio, descriptivo y explicativo, de cómo el niño normal va construyendo, en interacción con las demás personas, su conocimiento social es un tema de obligado conocimiento para quien tenga que planificar la intervención educativa de alumnos con autismo. 

¿Cómo enseñar?: La necesidad de estructuración y de sistematización de las unidades de enseñanza es algo básico para que el alumno con autismo pueda aprender. 

¿Para qué enseñar?: La respuesta a esta pregunta es obvia. Como en cualquier contexto de enseñanza se trata de favorecer el máximo desarrollo personal para conseguir la mayor calidad de vida posible. 

El objetivo central del apoyo y terapias psicopedagógicas con niños y niñas con autismo es la mejora de su conocimiento social y la mejora de las habilidades comunicativas sociales, así como lograr una conducta autorregulada adaptada al entorno. Los niños y niñas con autismo requiere una doble tarea: hay que enseñar la habilidad, pero también hay que enseñar su uso, un uso adecuado, funcional, espontáneo y generalizado. Paulatinamente ha que lograr el desvanecimiento progresivo de las ayudas hasta los niveles mayores posibles, que estarán en relación al nivel de desarrollo cognitivo. 


Apoyo y Terapias 


Los objetivos no vienen dados de antemano, sino que surgen, individualizados para cada persona. Para este proceso se debe establecer los objetivos individualizados mediante cuatro etapas. 1. evaluación de las habilidades sociales; 2. entrevista con los padres para determinar su punto de vista sobre las habilidades sociales del niño y sus prioridades para el cambio. 3. establecer prioridades y expresarlas en la forma de objetivos escritos; y 4. en base a esos objetivos hacer un diseño individualizado para el entrenamiento de habilidades sociales. 

El apoyo y terapia deben tener un estilo intrusivo, que implica "forzar" al niño a los contextos y situaciones de interacción que se diseñen para él, sin olvidar favorecer las competencias sociales que ya tenga. Se hace necesario diseñar el entorno con claves concretas y simples que le ayuden al niño a estructurar el espacio y el tiempo. 

Problemas de conducta: 


Dentro de los que normalmente se consideran criterios relevantes para la determinación de una conducta como problema están: 1. el que produzcan daño al propio individuo o a los demás; 2. el que esas conductas interfieran con los planes educativos que ese niño requiere para su desarrollo; 3. el que esas conductas revistan un riesgo físico o psíquico importante para la propia persona o para los demás; y 4. el que la presencia de esas conductas imposibilite a esa persona su paso a entornos menos restrictivos. 

Actualmente se considera que una conducta más que ser problema se dice que es una conducta , para ello es necesario planificar y rediseñar entornos para que tenga cabida en ellos la persona que realiza esas conductas y para que pueda ofrecerse dentro de ellos la respuesta más adecuada para la modificación de esas conductas. 

La familia y debe llevar a cabo las mismas pautas de educación en la casa y en la escuela, enseñando a los padres las maneras más adecuadas de actuación ante las acciones de su hijo. Además de brindar apoyo a las familias en cuanto a tener un miembro con autismo. 


Adecuaciones Curriculares y Recursos Pedagógicos 


Las adaptaciones curriculares son un ajuste general de la respuesta educativa a las necesidades de cada alumno. Se trata de medidas de flexibilización de carácter global que afectan a cuestiones tan variadas como: la organización del centro y el aula, la adaptación de los espacios y materiales y, en ciertos casos, la adaptación individual de aspectos del temario de las asignaturas, la forma de aprender y los criterios de evaluación. 

La razón de ser de estas medidas no es otra que satisfacer las necesidades de cada niño y responder a la diversidad que presentan los alumnos en cuanto a sus intereses, ritmo de aprendizaje, experiencia previa, etc. Estas necesidades de adaptación, que en un momento u otro de la escolarización la mayoría de alumnos pueden llegar a necesitar, son especialmente necesarias en los niños con algún tipo de trastorno del espectro autista (TEA). 

Espacios: aumentar el número de espacios o contextos de enseñanza donde los alumnos con autismo puedan aprender y ejercitar diferentes habilidades. 

Materiales: Es importante mantener siempre las mismas cosas y en idéntico orden, puesto que las personas con TEA se adaptan muy mal a cualquier cambio en sus rutinas. 

Adaptaciones curriculares en función de cada tipo de autismo: Las capacidades intelectuales y el potencial son muy variables, existiendo casos donde no hay ningún déficit e incluso el coeficiente intelectual puede llegar a ser superior a la media, como en el caso del síndrome de Asperger. Es por ello que el temario se debe estructurar en función de: objetivos pedagógicos que se persiguen, estrategias metodológicas a emplear, actividades a realizar, acciones de apoyo establecidas, etc. Dando prioridad a los objetivos y contenidos que hacen referencia a los aspectos comunicativos, ya sean verbales o no verbales. 

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