Un nuevo avance se da gracias a Galton, padre fundador de la psicología diferencial, quien propone la creación de pruebas y estrategias de evaluación con el objetivo de obtener medidas directas de las funciones mentales y además, crea los primeros test mentales. Galton fue el primero que propuso que existía una única capacidad intelectual. (Sánchez, 2005).
Por su parte, desde la Escuela Americana, JM Cattell, propone los test mentales para medir procesos simples y específicos cuyas respuestas reflejan la capacidad intelectual de las personas. (Sánchez, 2005).
En la Escuela Inglesa destaca Spearman, quien se interesó por las correlaciones que mantienen los test mentales entre sí, proponiendo la existencia de una única capacidad intelectual, como ya hizo Galton. Spearman propuso la Teoría Bifactorial de la Inteligencia. (Sánchez, 2005)
En la Escuela Francesa encontramos a Alfred Binet, autor relevante en el estudio de la inteligencia que dio un giro con respecto a lo estudiado por Galton y Cattell. (Sánchez, 2005)
Además, planteaba una concepción ambientalista de la inteligencia, es decir, las habilidades que tenían las personas se podían modificar y propuso la ortopedia mental (educación compensatoria), cuyo objetivo era incrementar el nivel intelectual de los retrasados mentales. (Pueyo, 1997)
Junto con Simón, creó la Escala Métrica de Inteligencia para medir la inteligencia en los niños escolares. Ésta estaba compuesta por pruebas sensoriales, perceptivas y de alto contenido verbal. (Pueyo, 1997)
En ella se obtenía la puntuación en edad mental, es decir, la edad cronológica de los sujetos que tienen de media la misma puntuación que ese sujeto. El objetivo que se planteó fue definir el retraso mental y lo hizo mediante la diferencia entre la edad mental y la cronológica. (Pueyo, 1997)
Otros autores que destacan en la Psicotécnica (interrelación entre la Psicología Diferencial y aplicada), fueron Stern, Terman y Weschsler. (Pueyo, 1997)
En 1911 Stern, define el cociente mental como el cociente entre la edad mental y la edad cronológica edad que posee el sujeto. (Pueyo, 1997)
En 1916 Terman define el cociente intelectual, que es el índice que habitualmente se emplea para clasificar intelectualmente a los sujetos y que consisten en el cociente, multiplicado por 100, entre la edad mental y edad cronológica de un sujeto. (Pueyo, 1997)
Y Wechsler, por su parte, habla del cociente intelectual de desviación, consistente en el punto de partida para estimar el CI. Se trata de la dispersión del rendimiento en torno al valor promedio del grupo de edad al que se pertenece. (Pueyo, 1997)
Tras estas primeras aproximaciones al estudio y evaluación de la inteligencia, existieron dos enfoques destinados al estudio de ésta. Por un lado el enfoque estructural-factorial, interesado en la determinación de las principales propiedades o dimensiones. (Pueyo, 1997)
Y por otro lado, el interés por los procesos, con la incorporación de conocimientos de la psicología cognitiva y variables como emoción y motivación. Además se da la aplicación de los modelos de procesamiento de información al campo de las diferencias individuales. Comienzan a estudiarse los procesos cognitivos con medidas psicométricas. Por ejemplo:
· Enfoque de los correlatos cognitivos: estudiado por tareas experimentales relativamente simples.
· Enfoque de los componentes cognitivos: estudiado con tareas cognitivas complejas.
· Correlatos psicofisiológicos: basado en el estudio de los procesos simples. (Pueyo, 1997)
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